Zine III: estructura

by parapo

Hay tres etapas ineludibles en toda película zombie: la catarsis, la formación del grupo y su disolución.

Los guionistas raramente se detienen a explicar los motivos del apocalipsis. La catarsis sucede, y no parece necesario insistir en sus orígenes (apenas apuntados, irreales o incluso ausentes). Los personajes se encuentran del golpe en un escenario de pesadilla que anula toda posible duda. Me detendré más tarde en esta cuestión. La rapidez de los hechos, la instantaneidad en la caída de la civilización, dos rasgos omnipresentes y ciertamente irreales, dejan claro que estamos ante una fase de relleno, un trámite que se cumplimenta sin demasiada atención, con plena consciencia de su genuina irrelevancia. La atención del guionista gira siempre y se enfoca sobre el grupo, el verdadero motor de la película.

El cine de zombies es el cine de la amenaza, del asedio, y su éxito quedará cifrado en la capacidad para congeniar un grupo de supervivientes atractivo, con algo que decir y con capacidad para luchar contra lo insuperable. Poco importa si esa amenaza es lenta, rápida, infecciosa o nuclear. Tales características no hacen sino proporcionar material de superación, flancos que combatir por el grupo. Pero son las relaciones entre ellos lo único importante. Esta visión teatral ya fue anticipada por el propio Romero en la tercera parte de su primera trilogía, donde el zombie desaparece de la escena por completo. Los que fueron testigos recuerdan el horror que sintieron en el estreno de Night of the living dead, pero su creador ya adivinaba, en el horizonte, lo que ya sabemos: el cine de zombies no es cine de terror.

El tercer estadio, la disolución del grupo, tampoco ofrece demasiadas posibilidades narrativas. El cine de zombies es, por naturaleza, pesimista. Escasean los finales felices, y los pocos que existen quedan mortalmente matizados por el hecho de que, sea cual sea el destino de nuestros héroes, la humanidad ha sufrido un golpe irreparable. No es extraño que el zine haya sido pasto para el humor negro desde sus orígenes como género.