Archive for septiembre 2006

matanza y beso

Es extraño, pero, en húngaro, estas dos palabras, matanza y beso, ölés y ölelés, son parecidas y tienen la misma raíz...
de El último encuentro, de Sandor Marai

ngosprod

a evans-wentz le corresponde el mérito indudable de haber hecho más famoso en occidente al Bardo-thodol de lo que lo era en oriente. este texto, que da indicaciones precisas y detalladas sobre la existencia después de la muerte, espantó a los occidentales, para quienes la existencia termina con la muerte (...)

el autor de esta nueva traducción es consciente de cuanto debe a todos los que antes que él tradujeron el Bardo-thodol y, pese a sus esfuerzos, sabe que aún no ha llegado a la meta que se propuso. la traducción del tibetano, a pesar de la existencia de trabajos anteriores, presenta notables dificultades, no en cuanto a la comprensión sino en cuanto a la formulación. por ejemplo, la palabra tibetana ngosprod (pronunciada ngotö) aparece continuamente en el texto. literalmente, significa "encuentro del rostro", pero no significa, de forma dualista, el encuentro y confrontación de dos datos. se trata de reconocer lo que aparece como nuestro propio rostro (...) como ya indicaba lama govinda en su prefacio, no resulta siempre fácil comprender el significado del Bardo-thodol. es para mí una gran satisfacción que gesche lobsang dargyay haya podido discutir conmigo toda la traducción. mi agradecimiento muy particular al muy venerable kalou rimpoché por la ayuda que ha tenido a bien brindarnos en los párrafos más delicados.

los nombres tibetanos los transcribimos fonéticamente. como la escritura tibetana está muy alejada de la pronunciación, resultaba desgraciadamente imposible transcribir correctamente los nombres y los conceptos.

las palabras sánscritas, por su parte, se leen a la manera latina.

observemos que c se pronuncia che y que la j se pronuncia dye.

eva k.dargyay presentando su traducción del Bardo-thodol
o Libro tibetano de los muertos.

resumen de las vacaciones

yo le dije que es canar (ibiza) y la isla de formentera simbolizaban la incomunicación y la soledad, y también el imposible diálogo humano -dulce ropaje con el que vestimos al intercambio de soliloquios. ella se reía y me llamaba "pine" porque le daba vergüenza pronunciar mi nombre.