Archive for junio 2009

tendríamos que hacer una encuesta a nivel planetario con la siguiente pregunta: "¿aceptaría la celebridad de Hitler, fama y riqueza a cambio de una vida causa y motor de la tercera guerra mundial?", aunque no sé lo que deberíamos hacer con el porcentaje que respondería "sí".

como canetti

el vergonzoso comportamiento de las mujeres andaluzas de más de cuarenta años en las colas de los supermercados. su miserable beligerancia con los empleados, su falta de escrúpulos.

un reto moderno

ella: ¿quieres saber la Verdad?

él: ¡sí! ¡más que nada en el mundo!

ella: tú no puedes asumir la Verdad. te faltan agallas.

él, desatado: ¡habla! ¡exijo saber!

ella: pero no lograrás entender nada. la Verdad te partira los huesos, te cegará... es hierro fundido. no puedes...

de nuevo ella, cínica: ¿quieres saber la Verdad? yo te diré la Verdad.

silencio.

ella: esta semana no estás nominado.

música brasileña II

é melhor ser alegre que ser triste
alegria é a melhor coisa que existe
é assim como a luz no coração

mas pra fazer um samba com beleza
é preciso um bocado de tristeza
é preciso um bocado de tristeza
senão, não se faz um samba não

de Samba da bênção, de Vinicius de Moraes/Badem Powell

distintos planos de realidad IX

2.5. El asesino escucha un ruido como de aplausos proveniente de uno de los cuartos al final del pasillo. Cuelga el auricular y se dirige decidido hacia el rumor, que a cada paso se hace más patente. Los llantos al otro lado del teléfono le han convencido. Ha decidido no entregarse, quiere ser libre, y pasará por encima de quien haga falta para poder escapar sin ser visto.

distintos planos de realidad VIII

2.4. El policía pelirrojo le pide que rebusque en la chaqueta del cadáver, necesita el nombre del carnet y el asesino se lo concede. El policía chilla y llora, no puede entenderlo, desearía ahora que fuese todo una broma, suplica con la mirada a sus compañeros que acaben con la farsa, que destapen la sorpresa, pero no es eso lo que le detiene el aliento, sino el recuerdo apagado de su hijo, que había sido dejado, cuatro horas antes, en casa de su abuelo para que pasase la tarde con él.

distintos planos de realidad VII

2.3. Conforme conoce los datos una certeza a primera vista improbable crece y oculta el resto de posibilidades. La casa que describe le resulta familiar, el cadáver es uno más pero el sofá de color amarillo con rayas azules sobre el que yace le inquieta, pues su padre tiene uno igual. Cada detalle que pregunta al asesino para descartar tan dolorosa hipótesis le es devuelto en forma de puñalada, pues siempre acierta. El asesino está describiendo la casa de su niñez, el muerto es su padre. 

distintos planos de realidad VI

2.2. Pero no reconoce la voz, no es la de ninguno de sus compañeros ni enemigos. Suena hueca, torpe, completamente real. Los demás policías lo observan con mirada aburrida, sin esperar ni risas ni escarmientos. Entiende que debe ser cauto, intentar sacar el máximo de información, pues está frente a frente con un asesino, la broma no es tal y el deber le llama.

distintos planos de realidad V

2.1. El hombre se asusta, desearía ser él mismo el muerto. Busca el teléfono, decide entregarse, llama a la policía. Al otro lado de la línea, una voz femenina le pide que espere. El policía pelirrojo agarra el auricular con gesto cansado, es casi la hora de ir a casa, el día ha sido largo y está harto de las bromas de sus compañeros, está seguro que esta llamada es una más, una de tantas. Un asesino al teléfono le confiesa su crimen, le describe la escena, justifica sus actos. El pelirrojo suspira, dirige al resto de la oficina una mirada de sarcasmo. Esta vez la broma ha ido demasiado lejos.

distintos planos de realidad IV

1.4. El hombre se asusta, se retuerce, no sabe si escapar o buscarlo, quiere ver el rostro del asesino, quiere entender sus motivos. El hombre busca, no huye, vaga aterrorizado de habitación en habitación buscando su destino. Por azar encuentra el cuarto de baño, y su espejo giratorio arroja una imagen que no reconoce. Es él, él mismo, cubierto de sangre, con un puñal en la mano, con una fotografía en el bolsillo izquierdo de su pantalón.

distintos planos de realidad III

1.3. Por un momento duda si salir de la habitación o hacerse cargo del muerto. Busca con la mirada el teléfono, tiene que avisar al hospital, a los familiares, tal vez a un abogado. Y buscando el teléfono encuentra la sangre, y los pasos, y una cazadora negra arrugada en una esquina. El hombre muerto ha sido asesinado, y el asesino aún está en la casa.

distintos planos de realidad II

1.2. Ahora el hombre está aburrido, cansado del silencio y del parsimonioso dormir del otro, que duerme con excesiva perfección, de manera sistemática casi profesional. Se levanta el hombre despierto, de repente asustado por lo que acaba de intuir, y busca el pulso del otro, y no lo encuentra. El hombre dormido está muerto.


distintos planos de realidad I

1.1. Un hombre abre una puerta de cristal tintado. En la habitación que ahora descubre, quién sabe si por primera vez, encuentra a otro hombre, de mayor edad, recostado sobre un sofá, dándole la espalda. Tras un segundo de duda, el hombre entra en el cuarto y cierra la puerta tras de sí, despacio, con extremo cuidado, no vaya a despertar el anciano que duerme frente a él. 

nos gustan las casas encantadas, llenas de fantasmas y peligros, llenas de suciedad. en el mundo en el que vivo unas bragas llenas de ceniza resultan menos perversas que un televisor de n pulgadas. la dura ortodoxia del catorceceroochismo.