La muerte en Londres II

by parapo

En el este de Londres, bordeando el límite de lo que aún puede considerarse centro urbano, se encuentra el cementerio de Tower Hamlets. Abandonado a la naturaleza, solo los grupos de voluntarios dominicales separan al antiguo camposanto de su conversión en jungla. La tumba más reciente de la que tengo constancia data del 2005, y sospecho que es única. La inmensa mayoría de los muertos encontraron su lugar a mediados del siglo pasado.

A efectos prácticos, el cementerio es un parque. Uno especialmente salvaje y descuidado, un trozo de bosque gótico. Los cientos de lápidas, las estatuas y mausoleos se yerguen entre las matas con naturalidad, hasta el punto que resulta sencillo olvidarse de su origen humano y pretender que son solo rocas entre los árboles, y que bajo ellas no hay más que tierra. El único reducto para la trascendencia lo compone un monumento homenaje a los muertos británicos de las dos grandes guerras. Cada once de noviembre, los nostálgicos acumulan amapolas a los pies de los nombres de los soldados.