sobre un bar III

by parapo

Desconozco como llegaron a la conclusión de que la mejor manera de cerrar un acuerdo o un desafío era beberse una pinta de Jäggermaister. Pero ahí estaba François dispuesto a bebérsela. Más tarde supe los términos del acuerdo. Si la información era fidedigna, se trataba de un reto en su sentido más básico, sin ninguna connotación ni relación contextual. Un "hazlo o calla" en toda regla.

Las normas incluían un dato que en un principio me pareció irrelevante: la pinta debía ser bebida en cinco minutos. Esa convención sustituyó a otra aún más inhumana: la obligación de bebérsela de un trago. La sustitución me pareció adecuada.

El reto no era sustancialmente distinto a los que cada noche se pueden encontrar en cualquier fiesta. El ambiente era otro: un bar cerrado, y el público, compañeros de trabajo, la mayoría lejanos ya de juegos semejantes y que observaban con compasión y algo de envidia.

Al final, necesitó algo más de cinco minutos y bastantes más tragos de los supuestos. Incluso diría que sobraron unos centilitros. El caso es que, como era previsible, François pasó de una rara lucidez a la borrachera más completa en unos minutos.