barceló en la catedral de palma

by parapo

hace quince días se abrió al público la capilla de la catedral de palma decorada con la cerámica de miquel barceló. fueron siete años de trabajo, como los medios bien se han encargado de recordarnos. el aluvión constante en radio y televisión, no sólo a nivel isleño, produce una atmósfera de admiración previa e influye al visitante. ante tamaño alarde -barceló ha declarado que se trata de su obra maestra y el centro de su vida- resulta complicado realizar un juicio propio. a ese problema hay que añadir el hecho de que realmente nadie sabe nada sobre arte, y más sobre arte contemporáneo. la consecuencia natural al salir de la capilla es que la visita se traduzca en un sencillo "no me gusta" o "me gusta" (o como me dijo una compañera: "está bien"). poca cosa.

parece que para los ignorantes será mejor recurrir a teorías impresionistas si se quiere intentar sacar algo en claro de la magna obra. dejarse llevar por las sensaciones que inspire la cobertura de barro deformada o acercarse a su superficie y escudriñar, sin perspectiva para apreciar el todo, en su composición como lo haría un microscopio: ese es mi plan; la importancia que en los medios le han dado a la obra y el nombre de su autor me predisponen a tomármela en serio.

no la he visitado aún. me gustaría quedarme a solas con ella para notar que me provoca, pero sé que eso es imposible.