tebano I: subversión del "camino del héroe".

by parapo

a veces los oráculos resultan terriblemente claros. la mitología griega está repleta de advertencias milagrosas, de llamadas a la prudencia porque un hijo o un bebé, en el futuro, traerá la desgracia a quien la profecía escucha.

cronos fue primero, pero también su hijo zeus, orestes y un largo etcétera pasaron por el "camino". las fases son siempre las mismas (profecía, intención de matar al neonato -que termina salvándose y enviado al exilio-, regreso triunfal...). generalmente héroes "positivos" destinados a terminar con el despotismo del padre. no es así edipo.

ni su padre era un tirano ni su vuelta trae la salvación de nadie, más bien al contrario. el oráculo fue tajante: edipo destruirá su familia, matará al padre y se casará con la madre. su estirpe maldita continuará la saga de desgracias; los hechos darán la razón a apolo.

edipo es el héroe subversivo, aquel que debería haber muerto.


TIRESIAS.- Me voy, porque ya he dicho aquello para lo que vine, no porque tema tu rostro. Nunca me podrás perder. Y te digo: ese hombre que, desde hace rato, buscas con amenazas y con proclamas a causa del asesinato de Layo está aquí. Se dice que es extranjero establecido aquí, pero después saldrá a la luz que es tebano por su linaje y no se complacerá de tal suerte. Ciego, cuando antes tenía vista, y pobre, en lugar de rico, se trasladará a tierra extraña tanteando el camino con un bastón. Será manifiesto que él mismo es, a la vez, hermano y padre de sus propios hijos, hijo y esposo de la mujer de la que nació y de la misma raza, así como asesino de su padre. Entra y reflexiona sobre esto. Y si me coges en mentira, di que yo ya no tengo razón en el arte adivinatorio.

Edipo rey, de sófocles, se plantea como un relato detectivesco. edipo, ya en el trono, intenta descubrir quien es el causante de los males de su pueblo: un maldito, le dicen. lo que no sabe es que el maldito es él. su memoria ha desterrado el antiguo oráculo (porque en delfos, edipo ya supo su destino y no quiso creerlo: tanto horror traía).

SERVIDOR.- ¡No, por los dioses, no me preguntes más, mi señor!
EDIPO.- Estás muerto, si te lo tengo que preguntar de nuevo.
SERVIDOR.- Pues bien, era uno de los vástagos de la casa de Layo.
EDIPO.- ¿Un esclavo, o uno que pertenecía a su linaje?
SERVIDOR.- ¡Ay de mí! Estoy ante lo verdaderamente terrible de decir.
EDIPO.- Y yo de escuchar, pero, sin embargo, hay que oírlo.
Servidor.- Era tenido por hijo de aquél. Pero la que está dentro, tu mujer, es la que mejor podría decir cómo fue.
EDIPO.- ¿Ella te lo entregó?
SERVIDOR.- Sí, en efecto, señor.
EDIPO.- ¿Con qué fin?
SERVIDOR.- Para que lo matara.
EDIPO.- ¿Habiéndolo engendrado ella, desdichada?
SERVIDOR.- Por temor a funestos oráculos.
EDIPO.- ¿A cuáles?
SERVIDOR - Se decía que él mataría a sus padres.
EDIPO.- Y ¿cómo, en ese caso, tú lo entregaste a este anciano?
SERVIDOR.- Por compasión, oh señor, pensando que se lo llevaría a otra tierra de donde él era. Y éste lo salvó para los peores males. Pues si eres tú, en verdad, quien él asegura, sábete que has nacido con funesto destino.


textos de Edipo rey, de sófocles.